suelo pensar en los compas que viajan en los techos de los trenes,
a cielos inciertos, a infiernos seguros.
el sol les sale por en medio y la luna sólo existe si la miran.
ahí acostados en el toldo, a veces esa chica morena
con cabellos como noche es más bonita porque está ya lejos:
irá a la playa con otro, sonreirá enamorada y la cerveza que tome
será la mejor del mundo.
se han dibujado tantos nombres en el aire de esas rutas de tren.
algunos vagones son poemas moviéndose
hacia el hocico de un perro que muerde sin avisar...
omar navo(http://navolandia.blogspot.com/)
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